LA SORIASIS DE FLUVI
Desde el principio la Botita Blanca, por su línea editorial, prefirió no hablar de la Expo (para eso ya está el Heraldo, por ejemplo) pero como hasta en los colores coincidimos, destacamos, en primicia la dolencia de Fluvi, soriasis.
Los visitantes, chicos y grandes, le pellizcan, le acarician el lomo, le achuchan y ahora, a un mes de la inauguración, la piel de Fluvi presenta estos rosetones. El azul de Fluvi se nos desgasta como la peana de un santo.
