
Otra vez, la afición de la Casa Real por el photoshop no tiene
límites. Esta vez Felipe no andaba con ganas de cambiarse de uniforme, quitarse los zapatos es un rollo y ya intentó meterse los pantalones con esos puestos, para qué tanto, una cara y pim, pam, pum, tres ejércitos...
Etiquetas: realismo
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